Repudiamos la denuncia de Javier Milei contra nuestro compañero Ari Lijalad y otros periodistas; y la persecución desatada contra artistas y personalidades de la cultura.
Desde Hijas e Hijos del Exilio vemos con preocupación el clima de violencia que estamos viviendo. El modelo de la motosierra no admite manifestaciones ni voces disidentes. Mientras quieren callarnos, la miseria planificada está dejando muchas víctimas que caen día a día por la pobreza, la falta de alternativas y de acceso a derechos esenciales que garanticen una vida digna.
Denunciamos la batalla del Presidente por acallar toda disidencia y “por negar la existencia de información veraz, chequeada y producida de forma profesional”, tal como expresó Ari.
Este gobierno exhibe su crueldad frente a las protestas y disciplina a la ciudadanía con amenazas. Promueve el odio contra periodistas y reprime a quienes registran, como sucedió con el fotógrafo Pablo Grillo.
Expresamos todo nuestro apoyo a Ari Lijalad y a todo aquel que quiera expresarse en libertad en los medios, las redes o las calles.
“Le tengo rabia al silencio por lo mucho que perdí
Que no se quede callado quien quiera vivir feliz.”
Atahualpa Yupanqui